Marina Abramović
Sobre ella
La artista, mujer, yugoslava creció en una familia que marcó sus intereses de forma profunda. Ella produce desde esa niña, revelándose contra lo que no pudo cuando entonces. Se anima a contradecir a sus padres en sus performances, respondiéndoles desde la niña adulta que es hoy.
La obra de Marina es política, porque aborda temas sociales y universales como la violencia, la indiferencia, el abuso de poder, la falta de control del cuerpo. Habla del grito y del silencio, de la presencia pura del cuerpo como lenguaje.
Produjo siempre desde sí misma, por lo que su obra tiene también un carácter poético y biográfico, sin dejar de ser crítica y radical. Es extremadamente comprometida y apasionada por el arte como lenguaje, y conoce profundamente sus herramientas. Marina siente intensamente cada performance, y en sus largas conversaciones con el miedo...es siempre ella quien tiene la última palabra. Una y otra vez, va por más, corriendo sus propios límites. Es una tormenta voraz a la hora de comunicar, de forma profesional, su intimidad más pura. Y en esa intimidad y desnudez, es en la que todos entramos, sintiéndonos envueltos y desnudados con ella.
La artista nos invita al silencio, desde una mirada firme que deja sin palabras. Para apreciar sus actuaciones, hay que respetar sus códigos. Súbitamente, nos involucra en la exposición de un golpe, en la mostración de lo indeseable: ahí es donde todos entramos como cómplices de sus obras, participando de ellas y co-creándolas desde nuestras presencias, sensaciones y emociones. Mientras ella sigue ahí, con una concentración de cirujana, dominando sus movimientos y respiraciones.
La artista se prepara para sus performances de manera casi militar, acudiendo a los recursos que sus padres autoritarios y extremadamente disciplinares, la habituaron desde niña.
Vive entre la ruptura y el orden, el cambio y la disciplina. En ese límite difuso en el que marca un camino que lo lleva a “Otro”. Se trata de una obra sumamente potente y entonces poderosa, valiosa para comunicar, denunciar y hacernos experimentar desde lo corporal, sentir, en un momento en que ya no tenemos tiempo para eso…
Marina Abramović es una artista de su tiempo, que se anima a todo lo que se propone y nos demuestra cada vez, una vez más, que puede lograr sus metas, (aunque) extremas, exponiendo ante el público, cada vez, una nueva victoria de la “abuela de la performance”.