La chica danesa
y el nacimiento de una mujer.
La enormidad del paisaje retrata lo sublime y la humanidad se expande en los cuerpos de dos amantes que juegan un juego arriesgado en el que el peligro no las detiene.
La película es exquisita. Nos adentra en panorámicas envolventes y nos pasea por escenarios interiores ocupados por artistas y bohemios de la Dinamarca de los años 20. Así, nos oxigena en paisajes arbolados de precipicios ventosos y frescos y nos abriga en fiestas y lecciones de danza, en vestuarios del teatro, en talleres de pintores.
La fotografía es exquisita, de una belleza sin igual. La iluminación refuerza los rasgos de los personajes, las expresiones de rostros y los gestos corporales de forma escenográfica. La escenografía y el vestuario toman un rol central en la película cuyo argumento está relacionado a la pasión por el closet. Los perfumes de esas telas se hacen sentir cuando los personajes tocan detenida y meticulosamente las distintas texturas, sintiéndolas intensamente.
Los cinco sentidos se despiertan en el film, pero sobre todo, el que reúne a todos ellos: el del latido del corazón. Las emociones gobiernan el vínculo en el que la razón pierde la partida. El corazón palpita fuerte, se impone. La pasión, el amor desenfrenado y el compañerismo sin fronteras son los principios de la relación de dos artistas cuya obra colectiva es el despertar de una nueva persona: Lili.
Guiada por su luz interior y su instinto de vida, Gerda Wegener dio lugar a la expresión y manifestación de Lili Elbe, que moraba dentro de su esposo, liberándolos a ambos. La aparición del personaje femenino dentro del cuerpo de su marido fue un acontecimiento doloroso y complejo que alejó al matrimonio heterosexual, pero generó un nuevo vínculo: el de dos amigas cuyo amor es imparable.
La trasgresión y permiso a “ser” habilitan la aparición de Lili en la escena pública. Bajo la máscara de una prima inventada, Einar y Gerda emprenden un juego peligroso que inaugura una nueva persona que trasciende el personaje. Lili cobra vida antes de que ellos puedan ser conscientes de ello.
La relación marital resulta una gran puesta en escena, los personajes no distinguen el “detrás de telón”. El misterio y la sorpresa los envuelve a ambos, generando dolor e impotencia frente a lo incontrolable. El personaje de Lili adquiere un poder inconmensurable, apareciéndose y opacando a Einar. Es ahora ella más fuerte que él. Mucho más fuerte. Concentra ella toda su libido, quitándole las ganas del pincel, y cambiando esa pasión de la pintura por la de las telas, los perfumes y el maquillaje. Las vestiduras enamoran a Lili, confundiendo a Gerda.
El film nos muestra una belleza diferente, cuya búsqueda es la de la identidad como mujer. Los personajes, todos, se ven atravesados por grandes contradicciones, sacudidos por las emociones que no permiten ver las cosas con claridad. Pero la valentía consigue desempañar la confusión e ir detrás de un sueño emergente: el de enterrar el hombre y parirse a sí misma como mujer. El coraje de Einar ilumina la búsqueda de su identidad, tanto como su sed de autenticidad.
También Gerda es valiente en la historia. Acompaña a Einar y Lili en sus encuentros y desencuentros.
La fortaleza del vínculo amoroso entre ellos primero y ellas, después, trasciende las expectativas y deseos propios. Su amor es de una generosidad tan enorme como los verdes paisajes que enmarcan el film.
Lo sublime toma protagonismo en el comienzo y el final, envolviendo con su velo un gran conjunto de significaciones: el paisaje de una belleza desbordante, inmenso e inhabitado, inspira al hombre pintor y es finalmente habitado por las telas de Lili…dándole vuelo a su final.
