Tu dors Nicole
Tu dors Nicole.
Encontré el film de manera casuística, sin buscarla. Y fue un tesoro encontrado. El film acromático transcurre en distintos espacios, la mayoría al aire libre, en distintos grises. Pileta, árboles, caminos, campos, exteriores de casas. También habitaciones, cocina, y un comedor rítmico.
Los personajes protagonistas son un grupo de adolescentes que atraviesan todas las crisis que llegan en la adolescencia: la búsqueda de la propia identidad, reafirmarse en sus gustos e intereses, en sus búsquedas, la explosión del deseo sexual: pero todo está mostrado de forma atenuada, como si tuviera un velo que opacara el color que todos esos paisajes y encuentros tienen en realidad. Justamente el tratamiento acromático priva al espectador de conocer el brillo y la intensidad de esos colores, permitiéndole ver solo los contrastes que son, muchas veces, sutiles. La película canadiense es ingrávida, leve, flotante, fácil de ver. No genera fuertes emociones, ni desata lágrimas como cataratas, tampoco contractura los músculos por suspenso.
Sí despierta un gran placer estético, ya que la fotografía y la dirección de arte son de una calidad suprema y la lengua francesa le imprime un romanticismo muy disfrutable.
Creo que la reflexión del film hecha luz sobre la problemática del TIEMPO. El tiempo es el gran tema del relato, y los protagonistas atraviesan cada instante simplemente siendo, estando, pero haciendo muy poco. El tiempo es el que los personajes viven internamente, piensan, reflexionan. Mientras tanto, los espectadores quedamos en el NO- tiempo. Es por eso que la película resulta tan relajada, ya que nada extremadamente contundente sucede. El film es teñido por una gran sutileza, un gran cuidado en el tratamiento del tema que es la vida misma cuando hay tiempo, cuando la falta de tiempo no es el problema, cuando el tiempo sobra.
No sobran las palabras. Todos los recursos parecen ser usados de forma económica, optimizándolos: las palabras son enunciadas por los personajes en algunos momentos, pero en otros, su vínculo está dado por las miradas, por las pupilas. Miradas grises que palpitan agitadas, vibrantes.